Guyana amplía la capacitación en salud mental para docentes y profesionales de la salud con el fin de identificar y apoyar a jóvenes en situación de angustia
Guyana amplía la capacitación en salud mental para docentes y profesionales de la salud con el fin de identificar y apoyar a jóvenes en situación de angustia
Octubre 2025
Con una de las tasas de suicidio más altas del mundo, Guyana, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y UNICEF, está avanzando en sus esfuerzos por preparar mejor a los docentes y trabajadores de la salud para identificar y abordar los problemas de salud mental de forma temprana, antes de que alcancen niveles críticos.
“Hace un tiempo, la salud mental se veía como algo que solo afectaba a ciertas personas. Existía vergüenza y silencio, porque nadie quería decir: ‘Necesito ayuda’”, explica la doctora Esther Ward, profesora del Cyril Potter College of Education (CPCE) de Guyana, y una de las educadoras que lidera la transformación en salud mental del país.
El año pasado, gracias a un programa conjunto de la OPS y UNICEF para abordar las condiciones de salud mental y psicosocial en adolescentes, la doctora Ward se unió al Programa Nacional de Capacitación en Salud Mental, que reúne a educadores, consejeros y trabajadores de la salud para fortalecer sus habilidades prácticas en la identificación y manejo de la angustia mental. Posteriormente, ayudó al CPCE a fortalecer su programa de Educación para la Salud y la Vida Familiar, incorporando nuevas herramientas y enfoques para fomentar la conciencia emocional, la sensibilidad cultural y la detección temprana de problemas de salud mental entre niños, niñas y adolescentes.
“Lo que necesitábamos era escuchar más”, señala.
La doctora Ward capacita a docentes, consejeros y administradores para reconocer las señales de angustia emocional en los niños.
Desafío nacional y enfoque comunitario
Las altas tasas de suicidio en Guyana reflejan profundos desafíos sociales y económicos —incluidos factores culturales— como el acceso limitado a la atención, el consumo de sustancias y el estigma. El Plan Nacional de Salud Mental y Prevención del Suicidio (2024–2030) del gobierno hace un llamado a implementar más programas comunitarios y escolares. La OPS apoya a Estados Miembros, como Guyana, mediante programas de salud mental y prevención del suicidio, con el objetivo de ampliar la capacitación, fortalecer los servicios de consejería y promover la detección temprana de la depresión y la ansiedad entre los jóvenes.
“Hemos logrado algo importante: hacer que otros comprendan que la salud mental no se trata solo ‘de mi gente’, sino de todas las personas”, afirma la doctora Ward, quien también capacita a docentes, consejeros y administradores para reconocer las señales de angustia emocional en los niños, especialmente en las zonas rurales de Guyana, donde las barreras culturales y la distancia geográfica suelen limitar el acceso a ayuda profesional.
Solo el año pasado, el CPCE capacitó a más de 2.000 docentes, la mitad de ellos provenientes de escuelas ubicadas en el interior del país. Para el próximo año, el colegio espera alcanzar a todos los docentes de Guyana. Además, se está desarrollando una nueva licenciatura en educación para la salud, que incluirá un módulo dedicado a la salud y cuyo lanzamiento está previsto para mental 2026.
“Muchos de nuestros estudiantes provienen de comunidades del interior de Guyana, donde la salud mental se malinterpreta y las personas terminan sufriendo en silencio”, comenta la doctora Ward. “Este curso ayuda a los docentes a ser culturalmente conscientes y sensibles, para que puedan ofrecer un apoyo real”.
La diversidad cultural de Guyana —que incluye poblaciones amerindias, afroguyanesas, indoguyanesas y otras etnias como la china y la portuguesa— influye en cómo las personas perciben y responden ante los problemas de salud mental. En algunas comunidades, el sufrimiento emocional puede ser malinterpretado, minimizado o atribuido a causas espirituales, lo que crea barreras para buscar ayuda.
“La cultura es la suma de las experiencias de una persona”, explica la doctora Ward. “Los profesionales que no han estado expuestos a ciertas tradiciones pueden no reconocer las señales de alerta o no saber cómo responder. Nuestra capacitación promueve docentes culturalmente conscientes y receptivos; personas que comprenden que el contexto de cada estudiante influye en cómo se comunica y afronta las dificultades”.
Los cursos fortalecen la conciencia cultural de los docentes en Guyana, ayudándolos a generar confianza y empatía para garantizar que los estudiantes, especialmente los que viven lejos de los centros urbanos, se sientan comprendidos y apoyados. Una de las lecciones más poderosas que ha surgido del plan de estudios de salud mental del CPCE es el valor de la confidencialidad y la confianza.
La Dra. Esther Ward, profesora del Cyril Potter College of Education (CPCE) de Guyana, es una de las educadoras que lidera una transformación en la salud mental.
Last year alone, CPCE trained more than 2,000 teachers, half of them from schools in Guyana’s hinterlands. By next year, the college hopes to reach every teacher in the country. A new bachelor’s degree in health education along with a dedicated module on mental health is in development and set to launch in 2026.
“Many of our students come from Guyana’s hinterland communities where mental health is misunderstood and people end up suffering in silence,” says Dr. Ward. “This course helps teachers become culturally aware and responsive so they can offer real support.”
Guyana’s cultural diversity—spanning Amerindian, Afro-Guyanese, and Indo-Guyanese as well as other ethnicities like Chinese and Portuguese—shapes how people perceive and respond to mental health issues. In some communities, mental anguish may be misunderstood, minimized, or attributed to spiritual causes, creating barriers to seeking help.
“Culture is the total of one’s experience,” Dr. Ward explains. “Professionals who have not been exposed to certain traditions may fail to recognize red flags or know how to respond. Our training promotes culturally aware and responsive teachers—people who understand that a student’s background shapes how they communicate and cope.”
The courses enhances cultural awareness for Guyana’s teachers, which helps them build trust and empathy to ensure that students—especially those far from urban centers—feel understood and supported. One of the most powerful lessons emerging from CPCE’s mental health curriculum is the value of confidentiality and trust.
Más allá de Guyana
La OPS lanzó el curso virtual “Mejorando la salud mental de niños, niñas y adolescentes en la atención primaria”, dirigido a fortalecer la identificación y atención de las condiciones de salud mental en la infancia y adolescencia. Diseñado para trabajadores de la atención primaria de salud, el curso responde a la necesidad de detección e intervención temprana de los problemas de salud mental, que suelen comenzar en la niñez.
El Día Mundial de la Salud Mental de este año — que se conmemora el 10 de octubre— pone énfasis en la salud mental infantil como un derecho humano fundamental y destaca su papel en el desarrollo social y económico sostenible. Los niños, niñas y adolescentes representan el 35% de la población en la región de las Américas, y sus necesidades de salud mental suelen pasarse por alto. De hecho, la depresión y la ansiedad se encuentran entre las principales causas de años vividos con discapacidad entre los jóvenes de 15 a 24 años, mientras que el suicidio es la tercera causa más común de muerte en este mismo grupo etario.
El curso, alojado en el Campus Virtual de Salud Pública de la OPS, busca fortalecer la capacidad de los servicios de salud para responder de manera efectiva y oportuna a las necesidades de esta población. Este programa de autoaprendizaje ofrece 10 módulos que abarcan temas como ansiedad, depresión, trauma, consumo de sustancias, trastornos del desarrollo, TDAH, autismo y prevención del suicidio.
El curso combina teoría y práctica mediante videos interactivos, estudios de caso y herramientas prácticas que ayudan a los participantes a reconocer las señales de alerta y actuar adecuadamente en la atención primaria y en el entorno escolar. La OPS desarrolló este curso para reducir la brecha entre la creciente demanda de servicios de salud mental y la limitada disponibilidad de atención especializada. Los primeros signos de los trastornos mentales suelen aparecer en edades en las que la intervención es posible y puede generar resultados positivos.
“Cuando los docentes conocen estas señales, comprenden diferentes perspectivas y pueden decir con seguridad: ‘esta persona está teniendo una crisis’ o ‘esta persona está sufriendo una condición de salud mental’”, concluye la doctora Ward.